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Nuevas oportunidades para la apicultura

Según nos ha informado la revista Apicultura Ibérica, el grupo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pretende demostrar científicamente la actividad antimicrobiana del propóleo.

El grupo, informan desde la agencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), está integrado por el doctor Tonatiuh Cruz Sánchez, profesor titular de inmunología y líder del grupo de investigación apícola; el doctor Guillermo Penieres, responsable del laboratorio de química; el doctor Liborio Carrillo, responsable del apiario y el taller de miel; la maestra Betsabé Rodríguez, becaria por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), encargada de la caracterización química del propóleo y de otros productos; y la maestra Elisa Gutiérrez , responsable del módulo de cunicultura donde se llevan a cabo prácticas de los productos de la colmena en conejos con problemas respiratorios.

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Se busca quitar el estigma de una medicina “poco válida”, aclarando que no se quiere dejar de lado la medicina alopática. “Nuestra labor no debe ser vista como algo alternativo sino que es algo natural que existe y que siempre ha existido, que no lo hemos aprovechado en toda su magnitud sino tan solo en una pequeña parte, eso ya depende de cada quien”, explica el doctor Guillermo Penieres.

Los países que destacan en la producción mundial de propóleo son China, Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Uruguay y Canadá, explica la nota del Consejo. En México la situación es distinta, ocupa el quinto lugar de producción de miel pero no se tiene un mercado de propóleo de peso. “Queremos ‘propolizar’ a México, añade otro de los investigadores, el doctor Tonatiuh Cruz, convertirlo en un país exportador.

“Con la ayuda del ingeniero Penieres y la doctora Canales, de la FES Iztacala, se ha demostrado qué productos químicos tiene el propóleo pero también han demostrado que no son los mismos en todos los propóleos. Entonces ya se ha encontrado dónde actúa, cómo actúa, qué genes afecta, cuáles son en este caso los hongos, las bacterias o los virus en los que se puede actuar, pero ya hay un fundamento científico sobre todo”, puntualizó Liborio Carrillo. Por ello pretenden a raíz de estos trabajos, establecer una norma y establecer medidas de cada compuesto que puedan determinar si el propóleo que se está vendiendo tiene una propiedad medicinal o no.

Se han hecho ya estudios en problemas respiratorios en conejos, “y tenemos bastantes y buenos resultados”, afirmó la maestra Elisa Gutiérrez. “Las pruebas con animales han demostrado que los ayuda a sanar”.